Factor 4 Duplicar el bienestar con la mitad de los recursos naturales es el título del tercer informe del Club de Roma publicado en 1997. Este simbólico y sencillo lema nos parece que ahora, en plena crisis económica y financiera, define un objetivo, además de necesario, plenamente alcanzable debido al avance en el conocimiento científico y las nuevas tecnologías.
“Ecoeficiencia Factor 4” pretende generar conocimiento para impulsar la modernización de la economía y la sociedad regional desde el punto de vista ambiental.
MÁS SOBRE FACTOR 4
Durante los últimos 100 años se ha conseguido aumentar como media la productividad laboral en un factor 100 gracias fundamentalmente a la automatización de procesos. Sin embargo, para conseguir un rendimiento semejante en materia de ecoeficiencia, esto es producir más pero con menor impacto ambiental, queda un largo recorrido. Muchos ejemplos que hoy son ecoeficientes, durante tiempo no lo han sido por razones económicas. Por ejemplo, el derribo de un edificio mezclando todos los residuos sin aprovechar los recursos (madera, metales, áridos, etc.) y su eliminación en vertedero era más ventajoso económicamente que el proceso de deconstrucción en el que ordenadamente se iba recuperando la madera, los metales y en definitiva todos los materiales ya que se requiere más mano de obra y la venta de estos recursos no suponía ingresos sobresalientes. Con la penalización de la llegada de residuos mezclados y potencialmente reutilizables a los vertederos junto con el encarecimiento de los costes de los materiales hoy en día esta práctica puede pasar a ser ecoeficiente. Otro ejemplo es la introducción del canon de saneamiento que hizo que sumándolo al coste del agua más el coste de depuración necesaria hiciera ecoeficiente cualquier medida destinada a reducir el consumo de agua y en consecuencia la generación de vertidos a la que están asociados los gastos de depuración y el canon.
Por otra parte, además de los impedimentos de carácter económico, muchas de las medidas a adoptar no eran ecoeficientes porque la ciencia y los avances tecnológicos no lo permitían. Hoy en día en know-how, para llevar a cabo la mayor parte de las medidas de ecoeficiencia, está disponible.
El rendimiento ecoeficiente de muchas de las medidas no para de crecer. Por ejemplo cuando se consiguió fabricar la primera bombilla de bajo consumo que consumía la mitad que una bombilla convencional suministrando la misma intensidad lumínica se había mejorado la eficiencia el doble, es decir se había alcanzado un factor 2. Cuando los fabricantes de estas bombillas consiguieron que la intensidad lumínica fuera el doble, la eficiencia conseguida pasó a ser de un factor de 4. Hoy son habituales y las mostramos como uno de los ejemplos de ecoeficiencia en la página Web las bombillas de 20 W que equivalen a una tradicional de 100 W y duran hasta 10 veces más, por lo que estamos hablando de un factor de 15. Este ejemplo muestra que factores de 10 o 15 no son una utopía. Actualmente se conocen ejemplos puntuales de productos mejorados en un factor de 100 o más.
Una forma de llegar a factores de ecoeficiencia elevados (10 o más) es la economía de servicios, por ejemplo es conocido que las multinacionales de máquinas de fotocopiadora alquilan sus máquinas y muchas filiares químicas han pasado de vender productos de limpieza a ofrecer servicios completos de limpieza.
Se pueden encontrar como aplicables a la Región, ejemplos diversos que irían de mejoras de factor 2 hasta más de 100. Naturalmente esto no es una prueba definitiva de que si nos proponemos alcanzar un factor 4 el conjunto de la economía regional pueda ser a medio plazo 4 veces más ecoeficiente, para ello, deberían producirse mejoras de tipo factor 10 o 20 en muchos sectores de actividad para compensar aquellos otros en los que aunque exista mucho interés no son posible actualmente mejoras.
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